Santuario Nuestra Señora de los Milagros

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HOY CELEBRAMOS…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Jueves XXIV Ordinario. San Mateo Según el evangelio, es uno de los doce apóstoles de Jesús y, según la tradición, el autor del evangelio según San Mateo. En ese evangelio es llamado el «publicano» y descrito como quien cobraba los impuestos antes de la llamada de Jesús.

  • Evangelio según Mateo 9, 9-13* En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
    «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
    Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
    «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
    Jesús lo oyó y dijo:
    «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «Misericordia quiero y no sacrificio»: que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor

Reflexion Un triple mensaje nos da Jesús en este hermoso pasaje del Evangelio que hoy se proclama.

Por un lado la respuesta a su llamada: cuando le dice a Mateo que le siga éste no lo duda ni un momento, se levanta de su puesto de trabajo y va tras el Maestro, sin más preguntas. Siente la fuerza de la vocación y deja todo para encarar su misión. Pensemos que San Mateo era un funcionario público, un recaudador de impuestos, alguien con mucho peso en la sociedad judía, aunque despreciado. Y sin embargo abandona todo y sigue la llamada de su vocación.

En segundo lugar, y ante el escándalo que provoca su comportamiento entre los fariseos, Jesús nos da una de las claves de su venida a la tierra: curar a los enfermos, atender a quien realmente lo necesita, salvar a los pecadores. Cuántas veces nos escandalizamos ante comportamientos que creemos inadecuados por parte de alguien a quien admiramos, baste recordar los encuentros de Santa Teresa de Calcuta con muchos personajes famosos, pero ¿cuánto bien hicieron esas fotos para sanar a muchos y para la conversión de otros que se acercaron a ella? No juzguemos a la ligera y busquemos el sentido profundo de las cosas.

Y en tercer lugar la frase que toca directamente a nuestras conciencias: «Misericordia quiero y no sacrificios» ¿De qué me valen horas y horas de ayunos y penitencias si no me hablo con mi hermano por una antigua rencilla? ¿Para qué sirven mis oraciones si no soy capaz de amar al que me hace mal? ¿Dónde van a parar mis actos «de piedad» si no tiendo la mano al que sufre cerca de mí? En la misericordia se encuentra la clave del mensaje de Cristo. No digamos que tenemos vocación, que somos buenos cristianos, si no tenemos misericordia, si no practicamos el amor sin límites hacia el prójimo. Como dice San Pablo «Si no tengo amor no soy nada».

Os animo a que leáis con detenimiento este pasaje del Evangelio, puestos en oración, y lo apliquéis a vuestra vida cotidiana. Así cobra sentido el «ven y sígueme» que no se apoya en la fragilidad humana sino en la Gracia del que llama y potencia para el seguimiento.

Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

ES DOMINGO…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Domingo XXIV Ordinario.

  • Evangelio según Mateo 18, 21-35* En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
    «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta:
    «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
    “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
    “Págame lo que me debes”. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
    “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
    “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste ¿no debías tener tú también compasión de un compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
    Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Palabra del Señor

Reflexion Puede que a veces nos hayamos preguntado por el cómo debe actuar una persona ofendida; cómo debe actuar un seguidor de Jesucristo, en esas circunstancias, que quiere vivir desde la Fe, abriendo caminos a la misericordia y a la justicia divina . Jesús, en el evangelio de hoy, es claro y contundente: hay que perdonar siempre, de forma incondicional y en todo momento. La parábola con la que Jesús responde a Pedro nos trasmite que la contrapartida de la venganza, es el perdón ilimitado.

Perdonar, hasta ‘setenta veces siete’, es una de las más nobles funciones de la naturaleza humana. Al decir noble, se hace referencia a que no debe ser lo extraordinario en nuestra vida, sino que esa debe ser la actitud normal de comportamiento. Lo normal, lo que sale de un alma limpia, es el perdón. La vida nos tiene que ir enseñando a perdonar, pero tenemos que dejarnos enseñar. En este aprendizaje se descubrirá que el verdadero perdón es el que no se nota, el que incluso nos sale del alma sin esfuerzo.

Vivir desde el perdón es destruir, de alguna manera, la espiral del mal. Porque perdonar es ayudar al otro a rehabilitarse y que actúe de manera diferente en el futuro. La dinámica del perdón consiste en un esfuerzo por superar el mal con el bien, porque se trata de un gesto cuyo fin es que cambie cualitativamente las relaciones entre las personas. Con la dinámica del perdón se tiene que buscar y plantear la convivencia futura de manera nueva, pacífica. Por eso, el perdón, no ha de ser una exigencia individual, sino tiene que tener una repercusión en la sociedad.

Perdonar, hasta ‘setenta veces siete’, es necesario para convivir de una manera sana. Se tiene que hacer presente en la amistad y el amor, donde hay que saber actuar ante humillaciones, engaños y posibles infidelidades. En definitiva, el perdón lo tenemos que hacer presente en no pocas situaciones de la vida en las que tenemos que reaccionar ante agresiones, injusticias y abusos; porque si no sabemos perdonar, hasta ‘setenta veces siete’, puede que quedemos heridos para siempre corriendo el riesgo de sepultar la paz y la felicidad con la losa más pesada: el odio.

El evangelio de este domingo nos muestra que el perdón es el verdadero camino de la convivencia. Jesús nos indica que si aprendiéramos de Dios a perdonar, si perdonásemos de hecho ‘setenta veces siete’ a quienes nos ofenden, sería un verdadero placer convivir en una humanidad realmente reconciliada. Para poder hacer este camino el Señor nos ofrece su gracia. Pidámosela.

Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

“El día después”

Amanece “el día después” en el Santuario. Un fin de semana intenso, durante el sábado y el domingo son muchos los fieles que siguen acercándose al Monte Medo a honrar a la Madre y participar en las Eucaristías en este fin de semana.

Desde aquí, queremos dar de nuevo las gracias a tantos y tantos devotos que con fe se han acercado estos días al pie del altar de Nuestra Señora, con profunda fe y devoción cumpliendo sus promesas y acercándose a María, nuestra Madre, y también a los que han participado desde cualquier parte del mundo a través de las Eucaristías por internet o por los distintos medios de comunicación.

Por supuesto sin olvidarnos de un especial agradecimiento a todo el equipo de personas que con sus distintas tareas hacen posible llevar a cabo esta manifestación tan multitudinaria de Fe, el buen funcionamiento de esta Novena-Misión: los Sacerdotes en la concelebración de las eucaristías, en las confesiones esperando a los penitentes que buscan el reencuentro y la reconciliación con Dios, los Diáconos, Seminaristas y Seglares en sus tareas litúrgicas como lectores, acólitos y ministros de la Comunión así como acompañando y animando a los peregrinos, las Hijas de la Caridad en la sacristía, acogida, escucha, …, los Hermanos en los quehaceres encomendados, los Organistas y directores de cantos que ayudaron a hacer más participativa y alegre la celebración de las distintas eucaristías, los Seglares, a todos y a cada uno de ellos, el agradecimiento.

“Y pasó una tarde y una mañana… el día después.”

ES DOMINGO…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Domingo XXIII Ordinario.

  • Evangelio según Mateo 18, 15-20* En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos. Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

Palabra del Señor

Reflexion Quiero comentar hoy las tres lecturas con pequeñas pinceladas de reflexión. En el libro del Profeta Ezequiel, se coloca la misión del profeta, como figura simbólica, en lo alto de una atalaya, como si fuera un vigía. Su misión es alentar al pueblo para que cambie de conducta; de su misión, su vida y la salvación de muchos está en juego. Por eso, el profeta no puede desentenderse de su misión: es centinela, vigía de la situación que vive el pueblo, ha de alertar de lo que suceda. Viene de la figura de Dios como guardián de Israel, y los profetas son sus vigías para llamar y alertar. El pueblo mismo necesita de los centinelas para que su vida tenga sentido.

La misión del profeta es ser centinela de la fidelidad del pueblo de la alianza. Debe cumplir con firmeza y fidelidad la palabra de Dios en su integridad; sea una palabra de esperanza o de juicio.

En la carta a los Romanos, San Pablo nos presenta que el deber más importante que tiene el cristiano es amar a Dios y amar al prójimo. En esto consiste la ley y los profetas, en estos se resuelven todos los mandamientos. El amor es la única virtud que integra incluso a los enemigos. Consiste en amar a todos los hombres, no solo a los que piensan como yo. Lo importante aquí es preguntarme qué me hace más dueño de mi corazón el amor o el odio. Si a pesar de querer perdonar, no lo consigo porque he sido víctima del terror o el odio, entonces he de preguntarme quien es el dueño de mi corazón. El amor nos propone otra cosa, incluir al enemigo para que no sea el odio o la venganza quien tenga la última palabra.

El Evangelio de san Mateo, nos invita a reflexionar sobre la acogida de nuevos miembros en la comunidad y su modo de proceder en el perdón.

La corrección fraterna es muy importante, porque todos somos pecadores, y al mismo tiempo tenemos un cierto derecho a la intimidad. Pero cuando se tratan de pecados graves que afectan a la comunión, es necesaria una práctica caritativa de amonestación: primero a solas, luego con testigos consejeros, por último a la comunidad. El poder de atar y desatar que se confirió a Pedro en otro momento, es aquí donde adquiere mayor sentido y significado, es en el ámbito de la comunidad donde se realiza el perdón de los pecados.

Dios te bendice Pramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

Día 08. Viernes 2023

Celebramos hoy la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, Ella, la Virgen de los Milagros nos abraza con el fulgor de su existencia, que se ha convertido en existencia de Dios y para Dios.

María nace en las luces y sombras de nuestra historia para ser puerta y camino, haciendo de la Iglesia peregrina, signo de esperanza, anuncio y profecía de la vida con Dios que nunca se acaba. Lo será sin duda amparados bajo su manto protector.

Consagrémonos a la Virgen, para que obre en nosotros este Milagro definitivo: ser con Ella, antorcha viva, llena de la luz eterna, que se convierte en luz de esperanza para todos los pueblos.

Desde muy temprano llegan, después de caminar toda la noche, los peregrinos que participan en la primera de las eucaristías del día a las 7:30h.

Después de la lluvia de la noche anterior, hoy luce el sol y así celebramos la Eucaristía de 12h desde el balcón del Santuario llenando la explanada de fieles devotos, presidida por Monseñor P. José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y arzobispo titular de Belcastro.

A continuación, tuvo lugar la procesión por la explanada del Santuario donde el carro portando la imagen de la Virgen caminaba entre los muchos fieles siendo honrada a su paso, entre emociones visibles en los rostros.

Finalizando la procesión y cantando el himno de la Virgen de los Milagros y el cumpleaños feliz.

Como cierre solemne de esta novena, el P. José Manuel Villar, C. M., rector del Santuario, y como viene siendo habitual, presidio la Eucaristía de 8 y media de la tarde.

“Y pasó una tarde y una mañana… la Fiesta de la Virgen”
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