En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy Domingo de la XI Semana tiempo Ordinario * *Santisima Trinidad
San Juan 16 12-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
Palabra del Señor
Reflexión Jesús habla a los discípulos casi con “nostalgia” del Padre y del Espíritu, como ansiando “volver” a ese círculo infinito de amor y hacerles partícipes a ellos también de algún modo: “hablará de lo que oye”, “recibirá de mí lo que os irá comunicando”. Desea que los discípulos lleguen a la verdad plena, pero él no puede proporcionarla: es tarea del Espíritu Santo a lo largo de la historia.
En todo ello podemos contemplar una plena Unidad en la Diversidad. Y una total donación de Amor: la creación, la redención, el Espíritu Santo como guía en la vida, todo entregado en plenitud para el hombre.
En un mundo tan dividido, disgregado, con rupturas interiores, con individualismos y diferencias tan marcadas, Dios Uno y Trino nos llama a ser nuevamente UNO, a volver –por su gracia- a la “imagen y semejanza” perdida. Y esto empezando por los niveles que tenemos más al alcance: en nuestra familia, parroquia, comunidad… Si somos unidad en lo pequeño y accesible, al final lo seremos también a gran escala. Tomamos en esta ocasión palabras de San Cirilo de Alejandría: “Todos nosotros ya no somos más que una sola cosa en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: una sola cosa por identidad de condición, por la asimilación que obra el amor, por comunión de la santa humanidad de Cristo y por participación del único y santo Espíritu”.
La fiesta de hoy es también una llamada a “salir” de nosotros mismos, a expandir el testimonio de nuestra fe, allá donde sea necesario, con nuestra vida. A esto nos alienta también constantemente el Papa Francisco: “Iglesia de puertas abiertas no sólo para recibir, sino fundamentalmente para salir y llenar de Evangelio la calle y la vida de los hombres de nuestro tiempo. Si la Iglesia permanece encerrada en sí misma, auto-referencial, envejece».
Jornada Pro Orantibus: Centinelas de la oración
Celebra hoy la Iglesia en España la Jornada Pro Orantibus, un día para recordar en la oración a los monjes y monjas de vida contemplativa. La palabra “centinela” expresa vigilancia, atención, dedicación plena. Esta es la misión recibida, recordar a los demás que hay Alguien que nos trasciende, que nos cautiva y que merece toda nuestra alabanza y adoración durante toda nuestra vida. Ser centinela es también estar a la espera del Novio que, sin duda, viene, y poder de algún modo “avisar” a los demás, para que también ellos entren al Banquete de Bodas.
¡Deidad eterna, oh alta y eterna Deidad, oh sumo y eterno Padre, oh Fuego que ardes sin cesar! Tú, Padre eterno, alta Trinidad, eres fuego inextinguible de caridad. ¡Oh Deidad, Deidad! ¿Cómo se manifiestan tu grandeza y bondad? Por el don que has otorgado al hombre. ¿Y qué don le has otorgado? A ti mismo, Trinidad eterna. Gracias, gracias te sean dadas, alta y eterna Trinidad porque con tu luz diste consuelo a mi alma. Yo soy la que no soy, y tú el que eres; por tanto, emprende la acción de gracias a ti mismo concediéndome que pueda alabarte. (Santa Catalina de Siena).
_* Dios te bendice…* Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.