Supongo que eso de reunirse “en tu nombre” significa muchas cosas.
Significa la celebración de la fe, que de tantas maneras nos congrega.
Significa la oración compartida.
Significa la caridad que se pone manos a la obra
para transformar el mundo porque esa es tu lógica.
Significa que a veces hablamos de ti, alrededor de una mesa,
al comentar la homilía en familia, al compartir nuestras dudas o nuestras certidumbres.
En todos esos momentos, tú estás ahí. Que nunca faltes de nuestro lado.
DESDE LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE HOY…
En la Iglesia hay lugar para todos. Es una idea que el Papa Francisco, por activa y por pasiva, nos repite constantemente. En el Evangelio de este domingo “la red” no se rompe. Tres veces pidió a Pedro que le confesara su fidelidad y, por tres veces, le dijo que sí. ¿Tal vez para reparar las tres ocasiones en que le respondió que no? Judas le negó (con la traición) y Pedro con la negación. Pero, este último confió hasta el final en Jesús más que en su propio pecado.
También nosotros tenemos caídas que son piedras en nuestro camino. ¡Cuántas caídas! ¡Cuánto de lo qué arrepentirnos! ¡Cuánto de déficit hacia Dios y hacia los demás! Pero, la red –que es la Iglesia- no se rompe: puede más la misericordia de Dios que el “pez espada” que todos llevamos dentro.
Como Pedro, cada uno en su lugar, está llamado a transmitir una gran verdad: Cristo vive. Pero, para ello, primero es necesario experimentarlo.
FELIZ DÍA A TODOS…