Todo esto ha ocurrido «antes de tiempo»,
es como un adelanto o una señal, ya que el triunfo de Jesús sobre las fuerzas que destrozan al hombre -y muy en particular la muerte, los sepulcros- tendrán lugar tiempo después, así como la supresión de las barreras entre lo puro y lo impuro (que «algunos» hoy y siempre intentan levantar y levantan).
Para nosotros, esa victoria ya ha tenido lugar… y nos deja un reto en el aire: Ir como Jesús a esos numerosos lugares donde hoy hay tantos «endemoniados» e «impuros», «violentos», marginados, sin-vida… para hacer posible el encuentro y la liberación, la humanización.
La otra opción es, como los de Gerasa, procurar que las cosas sigan como están… y rogarle a Jesús (a sus discípulos de hoy) que se vaya a otro sitio y que no fastidie.
FELIZ DÍA A TODOS…