Seguimos el desarrollo de la LUNA sobre nuestro querido santuario de Los Milagros. Fue apasionante como, con las luces apagadas, resplandecía el templo con esa luz nítida, clamorosa, viva… Soñamos, sí, soñamos con una salida de la imagen de Nuestra Señora por esa Puerta principal iluminada por la luz de la Luna… Fue un sueño, sí, pero un sueño maravilloso… Así pensaba que podía ser el encuentro con la Madre, un día, cuando el parto llegue… encuentro de luz, de calor, de hermosura… encuentro de un hijo con su Madre, que solo puede decir «te quiero, Madre». Y verse rodeado de los brazos, el cariño, el amor de Aquella que, siendo fiel a Dios, se mantiene fiel al hombre de todos los tiempos… Aquella que sale al encuentro… Aquella que nunca se cansa de esperar, y de iluminar, y de brillar… en nuestro peregrinar. En esta noche de Luna resplandeciente, Madre, quiero decirte: GRACIAS por tu compañía, por tus ánimos, porque eres «a nosa naiciña do ceo… a nosa Señora do Monte Medo». GRACIAS, MADRE.
Y, esa luna, tocando el mar… en un pueblo de A Coruña… preciosa «puerta del cielo»… ·estrella matutina»…