Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, que de pie junto a la cruz de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora. Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte.
Los Evangelios muestran a la Virgen Santísima presente, con inmenso amor y dolor de Madre, junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, uniéndose a sus padecimientos y mereciendo por ello el título de Corredentora.
La representación pictórica e iconográfica de la Virgen Dolorosa debe mover nuestros corazones a valorar la entrega de redención y a descubrir el sufrimiento en el que nos introduce el pecado. En este año jubilar, pedimos a la Santísima Virgen de Los Milagros, nos ayude a valorar el sacramento de la Reconciliación como precioso encuentro con el Amor de Dios.
FELICIDADES a todas las que lleváis este nombre: Dolores, Lola, Lolita…