Jesús es Señor, “por quien existe todo y para quien existe todo” (cf. 1Co 8,5-6). Pero el erudito autor añade una observación de interés: “no vemos todavía que le esté sometido todo”. Jesús, por tanto, es el Señor de derecho, pero no lo es de hecho. Hay muchos que no le conocen, otros,, conociéndole, le rechazan; hay mucho poder del mal y estructuras de pecado. Hay en nosotros mismos, en nuestra sensibilidad y criterios, “zonas no suficientemente bautizadas”, poco iluminadas por su presencia.
Recibamos por tanto una llamada a la conversión, a dejarnos guiar y transformar por Él, y también una llamada a la misión, al testimonio, de modo que algún día ya no se pueda cantar aquello de “no es tu reino, Señor, la tierra no es tu reino”.
Feliz día y recibe la bendición de Dios