Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Ante el espectáculo de luz y oscuridad que nos presenta Juan, ante el cuadro de vida y muerte que pone ante nuestros ojos Mateo, somos invitados a realizar una elección: o nos ponemos de parte de los santos inocentes, o de parte de Herodes. De parte de los inocentes siempre que renunciemos a responder al mal con el mal, a la venganza frente a la ofensa, y elijamos el perdón; también cada vez que demos testimonio de la luz, tratando de dar la vida, no sólo en el supremo heroísmo del martirio, sino también, más cotidianamente, por medio de la actitud generosa del servicio. De parte de Herodes nos pondremos precisamente cuando elijamos toda forma de poder, autoridad o responsabilidad, no para el servicio de Dios y los hermanos, sino como privilegios en servicio propio. 

Cristo ha nacido y Dios está con nosotros. No podemos eludir la elección: o estar con Él, sirviendo a la luz y dando la vida, o contra Él, buscando en exclusiva nuestro interés, y sembrando la muerte y la oscuridad (para los demás, pero también para nosotros mismos)

En la fiesta de los Santos Inocentes empezamos a entender la lógica del Niño nacido en Belén. En la muerte de los niños de Belén brilla la luz y triunfa la vida, porque Dios ha mirado nuestra humillación, y ha derribado del trono a los poderosos y ha enaltecido a los humildes.

Feliz día a todos…