En el Magnificad encontramos la fuerte convicción bíblica que Dios actúa siempre en la historia de la humanidad. Lo hace contando con la colaboración de todos aquellos que se hacen pequeños y que le sirven de corazón, en silencio adorante y agradecido. En esta línea se encuentra el paralelismo con la primera lectura de hoy, que nos muestra la presentación de Samuel al templo de Silo, el cántico es aprovechado como salmo responsorial. De esta manera, la liturgia en esta octava de preparación para la Navidad nos quiere hacer ver la continuidad de la obra salvífica de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. En segundo lugar, estos textos resaltan el papel de la mujer en el plan de salvación. Dios se vale de la mediación femenina para llevar adelante su obra de redención y comprobamos que no es en un plano inferior o de menor valía.
¡Hagamos nuestro el Magnificad!, pidamos por intersección de la Madre de Dios la gracia de vivir este tiempo de Navidad como un verdadero acontecimiento de salvación.
FELIZ DÍA A TODOS…