¡Qué magnífica y que bien suena la voz de Isaías!
El texto de este primer martes de Adviento llena de argumentos la ansiada llegada del Salvador. La era mesiánica es muy ambiciosa. Ojalá nuestras ambiciones fueran las que desgrana el profeta. Ambición de una paz universal. Ambición de una justicia desconocida. Ambición de una armonía increíble. Ambición de un rey ideal…
Nos perdemos en otras ambiciones, que nos dejan nublada la mente y seco el corazón. Ambición de muestras de afecto y consideración. Ambición de protagonismo. Ambición de posesión de la verdad. Ambición de ser los primeros. Ambición de quedar bien. Ambiciones de poder y de tener… Ambiciones de esclavitud.
Necesitamos ambicionar los días de la era mesiánica. Días en que florezca la justicia del Mesías y abunde su paz. Días de principio para los pobres y desamparados. Días de fin para los injustos y violentos. Días de ciencia y discernimiento, de consejo y valor, de piedad y adoración –gratuita, claro- del Señor.
FELIZ DÍA A TODOS