Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Jesús ya está en otra onda.

Estaba ya en el reino de Dios.

Esa era su familia: la de los hijos e hijas de Dios, la de los que escuchan la Palabra y la ponen en práctica. Para que aprendamos que hay algo mucho más importante que la sangre.

O, dicho de otra manera, que hay una sangre mayor y más fuerte, más original y vital: nuestro común origen en el Padre dios que nos creó. De ahí nace la verdadera fraternidad. María lo asimiló poco a poco.

Pero lo asimiló.

Y, al final de la vida de Jesús, estuvo donde tenía que estar: al pie de la cruz y, más tarde, acompañando a los discípulos en la oración. ¿Y nosotros?

FELIZ DÍA A TODOS