Seguir al Señor es asunto de radicales
ya que su mensaje
sigue siendo “contracultural” en cada época.
Hoy más que nunca comprobamos como el ser familias cristianas en la maraña social se convierte en una auténtica cruz, pues se nos tacha de locos cuando defendemos la vida y luchamos contra el sistema que propone “soluciones fáciles” a la injusticia estructural que se opone al Reinado del Padre.
Cambiemos nuestro corazón y unámonos a Jesús en su marcha por la vida.
Contagiemos de su alegría a los que hoy ya no tienen esperanza de vivir.
Pidamos al Maestro que no nos busquemos engañosamente a nosotros mismos cuando afirmamos que le seguimos a Él.
Que su gloria sea nuestra única alegría.
FELIZ DÍA A TODOS