Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Subir a Jerusalén

Es algo así como saltar a un pantano lleno de cocodrilos…

Y a veces uno se pregunta

¿no sería mejor tomar las de Villadiego (o las de Belén, para el caso?)

¿Por qué, sabiendo que era el lugar del peligro,

de la hostilidad de los poderosos hacia ti, Jesús, decides subir a Jerusalén?

¿Por qué no optar por el sentido común en lugar de la insensatez?

¿Por qué no esperar que se tranquilice el personal, hasta que se pueda seguir anunciando el reino en paz?

¿Para qué subes? ¿Para hacer sufrir a los tuyos?

Menudo panorama.

¿No sería mejor irse de pesca al Jordán? ¿o de boda a Canán? ¿o de fiesta a Betania?

En esa subida reconocemos y admiramos que, a veces, la vida te llama, te grita, te empuja, te sitúa en encrucijadas difíciles.

Y algunas veces en esas encrucijadas, en nombre de lo que crees verdadero, se impone la honestidad, la coherencia y el compromiso.

Gracias por adelantarnos esa «transfiguración» que nos augura la gracia de la Casa del Padre…

lo que nos espera al final del camino… Gracias, Señor. 

FELIZ DOMINGO II DE CUARESMA