Vivimos en una sociedad donde hay tantos ruidos,
tantas relaciones diversas, y sin embargo, tanto aislamiento,
tantas palabras huecas, tantos discursos vacíos, tanta farsa…
Esta afirmación no es derrotismo;
ni tan siquiera queja.
Pero a veces podemos sentir nostalgia de alguna relación
profunda, íntima, gratuita, plena, alegre, retadora y al tiempo vivificante.
¿Es posible, Dios, que tú respondas a esa inquietud?
FELIZ DÍA A TODOS…