La Cuaresma
tiene algo de ese tiempo a la intemperie,
donde la soledad y el silencio
invitan a profundizar, escuchar y dudar.
¿No necesitamos a veces ese espacio desnudo en el que enfrentarnos a fantasmas, dudas y tentaciones? Porque la tentación no es lo que me gusta, sino lo que me engaña… lo que me promete bien y sin embargo me lleva a contribuir a un mal que no deseo…
Tal vez necesite también un espacio de desierto…
FELIZ DÍA A TODOS…