Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy es Domingo 07 de Febrero. V Semana tiempo Ordinario *

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 29-39 En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca.
Él les responde: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido». Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor

Reflexión: En los evangelios hay muchos testimonios de milagros de Jesús como los que narra Marcos en el fragmento leído hoy. Testimonios de un modo de actuar que no debemos poner en duda.
Aunque lo más importante es saber por qué Jesús actuó así. ¿Qué buscaba con esos milagros? Lo confesó él mismo: mostrar que el Reino de Dios ha llegado a vosotros (Mt 12,28).
No pretendió deslumbrar con poderes ocultos, ni acumular fama de milagrero y prestigio entre la multitud, sino significar lo que anunciaba con su palabra y con su modo de vivir: que Dios, su eterno Padre, es un Padre bondadoso que se conmueve ante los sufrimientos de sus criaturas, de los seres humanos, que Dios no causa el mal sino que reacciona con compasión y con poder Salvador con quienes lo sufren.

Jesús sabe bien que en el corazón de cada persona que sufre y, en este tiempo de pandemia lo estamos experimentando, o está poseída por espíritus que la amenazan y la inquietan hay un Job al que atormenta que “sus días corren más que la lanzadera y se consumen sin esperanza”.

La predicación para Jesús, más que palabra que ilustra es palabra que sana. Sus milagros son signos que dan fe de la veracidad de sus palabras. Con ellos nos muestra también a nosotros hasta qué punto sin gestos de presencia, de acogida y escucha sanadora desde la Fe; sin profundidad de vida ligada a Dios, Uno y Trino, la palabra de los cristianos se convertiría sólo en “palabrería”. Y no salva la palabra, sino la vivencia de la Fe desde el Amor.

_* Dios te bendice* “Padre daños entrañas de misericordia frente a toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad,
de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella
un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio de tu Hijo;
que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón, de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor”.