Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

El Evangelio va más allá: lo que conquistamos en fraternidad aquí en la tierra, llega al cielo: “todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos”.
El poder de atar y desatar es para todos los creyentes: todos tenemos el poder de crear comunión o separación. Por eso, el poder de perdonar no es solo de Dios o del sacerdote en el sacramento de la confesión, sino de todos los que son capaces de responder con una presencia transformadora y reconciliadora a los conflictos humanos.

Feliz día a todos…