Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

En los pasados meses, hemos vivido una situación inédita de confinamiento, alarma sanitaria que ha trastocado todos nuestros ritmos, también a nivel eclesial. Hemos intentado generar alternativas que cuidaran y mantuvieran los vínculos de hermandad, solidaridad y oración. La creatividad ha sido increíble y sus frutos muy positivos. Es un buen momento para valorar qué hemos echado de menos de nuestras celebraciones comunitarias. Es una oportunidad para revisar cómo hemos aprovechado este tiempo para afirmar la oración personal y familiar, para tomar el pulso de nuestra realidad eclesial con lucidez y esperanza, sin miedos ni justificaciones.

  • ¿Soy consciente de la responsabilidad de ejercer la voz profética que no admite medianías con los criterios del Reino?
  • ¿Vivo en lo sencillo una actitud agradecida, que acentúa lo positivo en los demás y lo convierte en bien- decir de los otros?