Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

A Pedro, y a nosotros, se nos hace un poco cuesta arriba aceptar al Jesús servidor, que nos anuncia la bondad suprema del Padre, su infinita misericordia y el amor sin medida a todas sus criaturas. Serán necesarias la Resurrección y la iluminación de Pentecostés para que Pedro, los discípulos en general y todos los cristianos, lleguemos a entender qué es Jesús, cual es su acción salvadora y, sobre todo, cómo nos afecta y obliga en nuestra vida.

Pedro reconoció en Jesús al Hijo de Dios. Nosotros confesamos que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador, pero, ¿Somos conscientes del significado para nuestras vidas de esta confesión? ¿Estamos dispuestos a vivir como Cristo quiere que vivamos?, ¿o solo son palabras bonitas con las que salimos del paso y a nada nos comprometen?