Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Nosotros, los cristianos, estamos inmersos en una humanidad sedienta de Dios y necesitada de sanación física y espiritual. ¿Con qué ojos la miramos? ¿Tenemos el mismo sentimiento de compasión que Jesús sentía por la multitud que le buscaba? ¿Nos preguntamos también cómo hacer presente a Jesús a través de nuestras personas? ¿O por el contrario decimos “no se puede hacer nada”, “es muy difícil hablar de Jesús hoy pues te miran como un bicho raro”? ¿No sería mejor hacer lo que dice San Pablo “vence al mal con el bien”?, es decir primero mirar la realidad con los ojos de Jesús y luego actuar como hizo Él intentando llevar esperanza y optimismo, porque Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Es muy importante hoy el testimonio y el talante de los cristianos. “Los cristianos somos como el alma en el cuerpo”, decía la carta a Diogneto del siglo II. El alma da vida al cuerpo, lo mueve, lo empuja, lo ilusiona por algo, lo empuja hacia adelante, evita que sea inoperante y se muera. Pues igual los cristianos en el mundo. Ese es nuestro papel no otro.