Queremos ser luz, para alumbrar nuestro propio camino y ser luz para alumbrar a los demás.
La luz no se agota en uno mismo sino que, al compartirla, se incrementa… es la luz de la vida, la luz de la fe.
En un mundo de oscuridades, de miedos, de incertidumbres, de amenazas constantes hace falta luz,
hacen falta palabras de vida que alumbren de esperanza el corazón de los hombres y de las mujeres.
Dios es la luz que alumbra nuestro camino, Él es quien da plenitud…