Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Martes XIV tiempo Ordinario. San Benito Abad, padre de los monjes de Occidente, fundador de la Orden de los benedictinos, patrono de Europa. San Benito escribió una regla para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla», que fue inspiración para muchas de las otras comunidades religiosas.

  • Evangelio según Mateo 19, 27-29* En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
    «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
    Jesús les dijo:
    «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
    Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».

Palabra del Señor

Reflexion Dejar todo y poner la confianza en Jesús tenía, para Pedro, un mucho mérito. Con razón, porque acababa de presenciar cómo Jesús le pedía eso a un joven rico que no se atrevió a dar el paso. A ese propósito Jesús les comentó la dificultad de que un rico entre en el reino de Dios, aunque para Dios todo es posible.

Es entonces cuando Pedro asegura y pregunta: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». La respuesta de Jesús apunta al final de los tiempos, pero no se desliga del presente. Llegará el momento en que «los que me habéis seguido» tendrán el poder de regir a todo Israel. Y quien haya dejado algo por él, «recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».

El pasaje evangélico del joven rico ha inspirado formas radicales de seguimiento de Jesús: la monacal de Benito, el estilo pobre de Francisco de Asís, y ha inspirado en la Iglesia la idea de los “consejos evangélicos”. Estos no son de obligado cumplimiento para todos. Sin embargo, impedir que los bienes materiales se conviertan en un obstáculo para el seguimiento de Jesús no es opcional para un cristiano.

Por esa razón, la promesa de Jesús de la plenitud de la vida (eterna), anticipada ya en la vida presente, se amplía a todos los que se han desprendido y le han seguido, a todos los creyentes, y lo hace en proporción inimaginable.

Nadie tiene asegurado el puesto en el reino de Dios, pero todos estamos llamados a conducir nuestras vidas con prudencia y a seguir a Jesús dejando lo que sea necesario, en la confianza de que Dios es siempre sorprendente al respondernos ¿qué nos va a tocar?

Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.