En este día de fiesta de San José, nos acercamos a esta figura a través del relato de Mateo en el capítulo uno. Poco se nos dice de él, pero lo que se cuenta es muy significativo:
– José es descendiente de la casa de Jacob y esposo de María, de quien nacerá Jesús, el Cristo: Aparece por tanto, formando parte de ese plan de Salvación que Dios va realizando a través de su pueblo, Israel, y que culmina en Cristo.
– Vive un hecho humano difícil de asumir: la mujer con quien está desposado está embarazada de hijo que no es biológicamente hablando suyo. Pero José es un hombre justo; no en el sentido de la justicia humana de ese tiempo según la cual hubiera tenido que denunciar a María, sino en el sentido de la justicia de Dios que es salvadora y mira siempre por el bien de la persona. Es la justicia que brota del amor la que dirige la conducta de José hacia María.
– También José vive su “anunciación”: Dios le hace partícipe de su proyecto, le invita a la confianza, cuenta con él y le pide su consentimiento.
– La respuesta de José es la obediencia de la fe, el fiarse de Dios más allá de lo que humanamente se plantea como dudoso, desconcertante y hacer suyo su proyecto encarnado en aquel hijo a quién él mismo pondrá el nombre de Jesús: “Dios salva”.
Poco más se nos dice en los Evangelios de José; pero seguramente, los cercanos a Jesús habrían sabido reconocer en aquel predicador de Galilea los aires de familia, las huellas de otro hombre que supo estar, acompañar, vivir y educar en la fe.
FELICIDADES A TODOS LOS «JOSÉ»… A TODOS LOS PADRES… A NUESTROS SEMINARISTAS…