VIGAS DE MISERICORDIA (J.L.)
Sois en un mundo asediado y amenazado por el soldado del egoísmo
manos que se ofrecen sin pedir nombre ni apellidos
Representáis, en una sociedad afectada por la pulmonía espiritual
un reflejo del amor divino que va más allá de vuestra carne y hueso
¡VIGAS DE MISERICORDIA!
En este Año Santo Jubilar, una vez más llamadas a renovar vuestro empeño
descubriendo que, como San Vicente o Santa Luisa,
es en el clamor de los más pobres donde Cristo de una forma viva y clara se os manifiesta
¡VIGAS DE LA MISERICORDIA!
Cuando con vuestro horario, sin reloj, trampa ni farsa consoláis
cuando alguien llora o escucháis cuando alguien os habla
Rezáis por los que, tal vez, andan perdidos en mil miserias
y lucháis desde vuestra pequeñez por el que algo necesita o busca
¡VIGAS DE LA MISERICORDIA!
Cuando sostenéis, como viga maestra y puntal de caridad,
al que necesita aliento en el camino áspero de la vida o al que,
por mil razones, no desea ni vivir quiere
Mantenéis la antorcha de vuestra entrega encendida sabiendo que, Dios,
os infunde fuerzas para seguir en la brecha hasta el final
¡NO OS CANSÉIS DE SER VIGAS DE MISERICORDIA!
Que María, la Madre que estuvo al pie de la cruz,
os ayude a morir como vivís: sirviendo aún muriendo
Que María, la que sin ruido tanto hizo
convierta vuestro amor en algo humilde pero con valor infinito
Que María, la que hoy es llena de amor y de gracia
abra y purifique también vuestras entrañas con un “SÍ”
para que en ellas puedan gemir o escucharse los latidos de la humanidad sufriente
¡VIGAS! ¡VIGAS DE MISERICORDIA SOIS!
Que en el mundo, aunque algunos lo pretendan acallar o disimular,
hay sed de cosas que nos alejan a unos de otros y hasta de Dios:
poder, frialdad, apariencia, dinero, ideas y hasta de rencor
Por eso, hoy más que nunca, es necesaria una Hija de la Caridad
que nos recuerde con su “SI” que, al final de la vida,
Dios nos preguntará si fuimos “viga de misericordia” o, si tal vez,
preferimos ser simple e inservible cartón
¡Enhorabuena en este día! ¡Adelante!