“No es lo mismo estar en la higuera que ser higuera”.
O dicho de otra forma: no es lo mismo hacer algo que quedarse de brazos cruzados.
La paciencia, la de Dios, es la característica del evangelio de este domingo tercero de cuaresma.
Recientemente, el Papa Francisco, afirmaba: “No se puede tirar a la basura todo aquello que se rompe”.
Es verdad.
Muchas de las situaciones que se dan a nuestro alrededor y que acaban en fracasos, podrían recuperarse, retomarse o restaurarse con un poco de interés, serenidad y paciencia.
Dios podría haber dado la espalda a este mundo nuestro (aunque a veces algunos pregunten sobre “el silencio de Dios”).
Lejos de hacerlo, envió a Cristo para recomponer nuestra humanidad caída, nuestra existencia a veces excesivamente seca y secante o nuestra conciencia confundida por el dominio de tantas ideas.
Ojala, con vistas a la Pascua, nos preguntemos: ¿En qué puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer con la inteligencia, la sabiduría o el bienestar que Dios me ha entregado en propia mano?
FELIZ DOMINGO A TODOS…