Santuario Nuestra Señora de los Milagros

ES DOMINGO…

Si hoy nos cuesta aceptar a Cristo resucitado es porque6 Pascua

nos resistimos aceptar la alegría del amor.

Si bien la aceptamos con los labios, en la práctica afirmamos lo contrario, ya que en muchas ocasiones cuenta más la fuerza, la astucia, la trampa, el dinero, los intereses… y la palabra “amor” se descubre como un adorno bello, que cuando se hace exigente: “nos amó hasta el extremo”, se abandona con algunas de las muchas justificaciones que todos nos hacemos: no se me pedirá tanto. Y sigue la machacona insistencia de Jesús: “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Dar la vida. En muchos casos sería bastante con no quitarla, con dar vida, con ayudar a vivir, desviviéndose por los más pequeños.

“Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. Nos lo ha dicho todo, nos ha dado a conocer su secreto, nos hace sus amigos, podemos tratarle de tú a tú. El amor es la vida del hombre nuevo, su obra está cumplida. No sólo resucita Jesús, sino que nos resucita y nos invita a vivir la experiencia de abandonar el hombre viejo basado en el egoísmo y lanzarnos a vivir el “que os améis unos a otros”, que es la plenitud del hombre nuevo. En ocasiones, muchas de nuestras expresiones de fe permanecen huecas de contenido humano, si la fe no se asienta en el amor. Ahora podemos entender lo que dice Pedro en la primera lectura: “Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea”. El amor de Dios es universal, es resurrección, es construcción del Reino.

Hoy la Iglesia española, celebra el Día del Enfermo, se nos recuerda que estar cerca de ellos es una exigencia del amor cristiano. Son los últimos, por no tener no tienen ni salud. Nuestra sociedad suele ocultar a los enfermos, se les atiende mucho mejor en los hospitales, pero se suele olvidar el estar con ellos. En este día podemos visitarlos, acompañarlos, animarlos, hacerlos presentes en nuestras comunidades parroquiales, en ocasiones celebrar con ellos la Unción de los enfermos, ofrecerles un regalo y acercarnos a sus sufrimientos. A todos los tenemos presentes, sobre todo a los que no han podido venir a nuestra celebración, en ellos también se manifiesta la resurrección.

El amor es a esencia del cristianismo, su señal de identidad, el encargo recibido por Jesús, no pienses en algo extraño, es lo que tiene que pasar entre tú y yo.

FELIZ DOMINGO… DÍA DE LA FAMILIA CRISTIANA…