Las Lecturas de hoy nos presentan el tema siempre controvertido: los bienes, las riquezas, el dinero.
¿Cómo sonarán estas palabras en este tiempo de tantas dificultades económicas?
No entramos en el pesimismo de la 1ª Lectura, como si los trabajos, las fatigas, las penalidades fuesen todo «vaciedad».
Nos quedamos y resaltamos las palabras de Pablo en la 2ª L.: «buscad los bienes de allá arriba», … «aspirad a los bienes de allá arriba».
El Evangelio: el litigio es de siempre: el reparto de la herencia. Jesús rechaza el hacer de árbitro en eso y así se lo recomienda a la Iglesia. El mensaje es incómodo: el despego de las riquezas para conseguir el Reino de Dios.
«Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios», dice Jesús al final de la parábola del hombre rico.
Quien se queda en el éxito, el poder y el placer, tiene recortado el horizonte para ver otros valores.