¿SER SEMINARISTA HOY?
Un total de 1357 seminaristas mayores
(36 más que en el curso anterior)
se encuentran al día de hoy preparándose para ser sacerdotes en España.
133 ordenaciones hubo el año pasado en toda geografía nacional pero,
no olvidemos, que cerca de 1000 sacerdotes fallecieron en todo el conjunto
de las diócesis españolas.
¿Por qué la escasez vocacional que estamos padeciendo?
En primer lugar porque, nuestras familias, siendo en su andamiaje externo católicas no son lo suficientemente cristianas. Son como aquel barco de vapor que, por fuera parecía serlo, pero por dentro no ardía fuego ni existía intención alguna de echar carbón a la caldera: cualquier vendaval podía con él.
En segundo lugar, lógicamente, porque la natalidad es la que es: estamos bajo mínimos.
Un tercer dato, importante, es el rol del sacerdocio. Hoy ser sacerdote implica estar en el centro de la diana de todo dardo y de muchas críticas. Dejó de ser un personaje de relevancia social y, en muchos momentos, es objeto de sátiras, burlas y desprestigio.
En cuarto lugar la sociedad, en apariencia católica, se ha alejado de la praxis sacramental y eclesial y, como mucho, conserva desde un puro sincretismo su fe religiosa/tradicional pero, en muchos casos, sin compromiso con la Iglesia y mucho menos con esta preocupación: los seminaristas no vienen de la Luna o de Marte sino que surgen allá donde hay experiencia y vivencia profundad de fe.
Además, por supuesto, el impacto de la pederastia ha hecho mella en la moral de muchos sacerdotes que, injustamente, hemos sido estigmatizados y también en aquellos jóvenes que se planteaban su futuro vocacional como presbíteros.
Aún así, a veces, escuchamos argumentos del todo peregrinos para zanjar la crisis vocacional: que los curas se casen, que el celibato sea opcional o que las mujeres accedan al sacerdocio. Si eso fuera tan sencillo otras iglesias como la anglicana o la protestante (con esos temas ya resueltos) no tendrían dificultades para llenar sus seminarios. La realidad es bien distinta: esas iglesias se encuentran en peores condiciones que la Iglesia Católica para el relevo en las parroquias y para hacer frente a su gravísima sequía vocacional.
Y, por supuesto, el día en que la Iglesia decidiera que los sacerdotes se casen, que el celibato sea opcional o que las mujeres pudieran ser presbíteros, no me gustaría que fuera porque ya no hay varones o escasez de vocaciones sino porque, en verdad, no hay obstáculo alguno y si convencimiento.
Desde aquí, por ello mismo, mi felicitación, mi oración y admiración por todos los Seminaristas de España.
¡Adelante! ¡Duc in altum! ¡El mundo os espera! ¡Dios os necesita!
— con Teresa Garcia Lorenzo.