A las siete de la mañana se abre el Santuario y también la capilla penitencial con el acercamiento al sacramento del perdón a los peregrinos más madrugadores.
Hacia las 8 y 15 el Rector del Santuario daba especialmente la bienvenida a los peregrinos de las parroquias de Lamamá, Arnuide, Maus, Seiró, San Pedro Ribeira, San Martiño de Betán y Vilar Ponteambía que rezaban juntos los últimos misterios del Rosario de Aurora procesionalmente por la explanada para a continuación, participar en la Eucaristía de 8:30 h.
Ponemos, en este día, bajo la protección de Nuestra Señora de Los Milagros la intención especial de pedir por los ancianos y enfermos y como momento especial del día celebrábamos la Eucaristía de 12, presidida por Sr. D. José Pérez Domínguez, Vicario de Pastoral de la diócesis de Ourense. Una bonita imagen presenciar el Santuario lleno de gran número de ancianos y enfermos devotos de Nuestra Señora que se acercaron emocionados y muchos de ellos con lagrimas en los ojos a este Santuario a mostrar su cariño a la Madre.
La Eucaristía de 7 de la tarde presidida por Monseñor D. Jorge Ferreira da Costa Ortiga, Arzobispo de Braga, Primado das Españas acompañado por Monseñor P. José Rodríguez Carballo, Arzobispo y secretario CIVCSVA, en la las palabras del Papa Francisco introducían hoy nuestra celebración: «Hoy dirigimos la mirada de nuestro corazón a Jesús Crucificado y sentimos dentro de nosotros que ¡Dios nos ama, nos ama de verdad, y nos ama tanto! He aquí la expresión más sencilla que resume todo el Evangelio, toda la fe, toda la teología: Dios nos ama con amor gratuito y sin límites».
¡Que María, mujer fuerte y Madre de Misericordia, nos ponga en el corazón la certeza de que somos amados por Dios. Que esté cerca de nosotros en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo, para que nuestro peregrinar sea experiencia de perdón, de acogida y de caridad!
Pasó una mañana, pasó una tarde el día cuarto.