Santuario Nuestra Señora de los Milagros

A MARÍA… MADRE DE LA SOLEDAD…

Se ha detenido el viento. Sábado Santo Virgen
Mientras unos se afanan en recoger los restos de la pasión,
María confía en cosechar el esfuerzo de tanta entrega,
sufrimiento, amor, perdón
y misericordia de su hijo: la resurrección.

Mañana de Sábado Santo.

En la Soledad de María
aprendemos a beber el contenido de la esperanza.
Esperar. 

¡He aquí el misterio que se sostiene en este Sábado Santo!
Allá, en el sepulcro, una semilla aguarda
la mano poderosa de Dios.
El ser levantado para la salvación del hombre.
El fin de tanta humillación, escarnio e incomprensión.

En esta mañana de Sábado Santo,
sólo queda Ella: recordando palabras,
situaciones, caricias al que un día fue niño,
ingratitudes, huidas a Egipto
y disgustos por Aquel que siempre habló sin tapujos.

Ella tiene la certeza de la vida eterna prometida;
por eso alienta en los cristianos
la esperanza de la propia resurrección
y del triunfo definitivo de Jesucristo.