Santuario Nuestra Señora de los Milagros

ES DOMINGO…

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Domingo. Segunda Semana tiempo Ordinario. Año Impar.

Evangelio San Juan 1, 29-34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

*Palabra del Señor *

Reflexion Más allá de las interpretaciones de raíz bíblica, la definición de Cristo como Cordero por el Bautista, nos está diciendo muy alto que Jesús es el Salvador; es aquel que viene a traer al mundo una palabra de esperanza. En un mundo como el nuestro, tan lleno de pecado, es decir, de sufrimientos, de pobreza, de violencia, de injusticias, de marginación…, Jesús es aquel que viene a “quitar el pecado del mundo”, el que trae, de parte de Dios, un mensaje de alegría, de paz, de justicia, de solidaridad, de perdón, de amor.

Cómo decía el profeta Isaías en la primera lectura de este Domingo. Él es luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra (Is 49, 6). O como dice San Pablo en la segunda lectura, en su Carta a los Corintios, Él es quien nos trae la gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre (1 Cor 13).

Y algo más: San Juan reconoce que antes del bautismo no conocía a Jesús, no sabía quién era. Pero ahora que ya lo conoce, puede dar testimonio de Él. Y nosotros, ¿conocemos a Jesús? – Un día hizo Él esta pregunta a sus apóstoles: ¿quién decís que soy yo? (Mt 16, 15). Hoy nos la hace a nosotros. Pues bien, para poder dar testimonio de alguien, para poderlo explicar a los demás, primero hay que conocerlo bien. Nosotros sabemos muchas cosas de Jesús, pero, ¿lo conocemos de veras?

Podría ser un buen propósito que deberíamos hacernos cada día: conocer más íntimamente a Jesús, amarlo, “vivirlo”, para poder anunciarlo y dar testimonio de Él ante los demás.

Dios te bendice