Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy es Sábado 12 Diciembre. Conmemoración de Nuestra Señora de Guadalupe.
II Semana de Adviento

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 10-13 Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos». Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

Palabra del Señor

Reflexión: Este pasaje evangélico está ubicado cronológicamente tras la transfiguración. En ese momento, Jesús habla con sus discípulos sobre una de las personas que aparecieron en la visión del monte Tabor: Elías. Admite, como decían los maestros de la ley, que Elías tenía que venir antes del juicio pero advierte que eso ya ha sucedido sin que ellos se dieran cuenta. De este modo; invita a los discípulos a discernir el plan de Dios que está ante sus ojos.

El tiempo de la conversión, la curación de las relaciones humanas y de la relación con Dios ha llegado. Para que entiendas su urgencia, el Maestro identifica a Elías con Bautista. Este misterio se revela a los que, por su docilidad de fe están dispuestos a acoger la predicación de Juan con su invitación a convertirse y prepararse para el encuentro del que viene, de hecho, los discípulos lo entienden. Sin embargo, al poco caen en la terquedad y la incredulidad.

Como puntos capitales para nuestra vida destacan especialmente dos aspectos. Uno de ellos es mi relación con Dios, que me pide volver a Él. El otro es el de sanar mis relaciones con el prójimo. Debemos dejarnos interpelar por el Bautista que invita a una unir nuestra vida a la alianza con el Señor y a rechazar el pecado. Observemos qué obstáculos ponemos al camino de la palabra divina, a veces incómoda, pero que si nos dejamos impregnar por ella supera con mucho nuestras flaquezas. Por eso, siempre sale victoriosa. Tenemos un Dios que nos da el don del perdón por medio de su Hijo. Sólo así sabremos reconocerlo.
¡Demos gratis lo que gratis hemos recibido!

_* Dios te bendice…* “Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros”.