Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Los restaurantes modernos nos han enseñado a comer junto a desconocidos. Pero en la cultura y época de Jesús eso era inconcebible. Compartir mesa o comedor era compartir la vida. Y, en una sociedad tan religiosa y puritana, ¿quién se atrevería a comer, en un lugar visible, con gente “indeseable”? Jesús rompe todos los moldes.

Algunas personas con prestigio religioso, escribas de tendencia farisea, piden explicaciones de conducta tan escandalosa. Y Jesús la da con gran simplicidad. Él es el médico de los enfermos; pero es sobre todo la encarnación de la bondad del Padre que recibir a sus hijos pródigos y celebra con ellos un banquete: comparte con ellos lo que es y lo que tiene. Nada tan poco cristiano como el puritanismo de quien “nunca se mancha”.

Feliz día… Dios te bendice…