Santuario Nuestra Señora de los Milagros

REMEMORAMOS: JUEVES SANTO

  • Todo, en el Jueves Santo, nos habla de amor. Hoy es un día para contemplar el amor de Dios y darle gracias… y sentirnos llenos de seguridad y de confianza en sus brazos, porque los brazos de Dios son los brazos de un amor que no tiene límites. Hoy es un día para afianzar las raíces de nuestra existencia, los fundamentos de nuestro ser en la misericordia y en el amor divino. En medio de nuestras inseguridades y temores, envueltos muchas veces por el sufrimiento, por la duda o por la falta de amor, hemos de poner hoy nuestra mirada en Jesucristo, el Señor, en quien se nos ha revelado ese amor inmenso e infinito de un Dios que nunca nos va a dejar solos. Un Dios siempre cercano al hombre llenándole permanentemente de fortaleza y consuelo.
  • La Eucaristía es el centro de la vida cristiana. La Iglesia no puede vivir sin la Eucaristía. El cristiano no puede permanecer en la fe sin la Eucaristía. La Eucaristía nos hace cristianos y edifica la Iglesia: la Eucaristía hace posible el milagro de la unidad, de la comunión fraterna, de la aceptación y de la acogida mutua, a pesar de la diferencias. Sólo viviendo y celebrando la Eucaristía nuestro amor será universal, llegará a todas partes. Será un amor que se conmueve ante el sufrimiento de los pobres y buscará soluciones y pondrá lo que pueda de su parte para tender la mano al desvalido. Por eso hoy, Jueves santo, día eminentemente eucarístico, la Iglesia, nos invita a sentir hoy el dolor de todos los que sufren, en Palestina, en Afganistán, en Irak, y en muchos lugares de África, Sudamérica  o Asia, así como en tantos y tantos lugares ignorados, a veces, muy cerca de nosotros donde la dignidad de la persona humana, o la vida, o la libertad de  los hombres, por los que Cristo ha derramado su sangre, es menospreciada o destruida.
  • Hoy es un día para pedirle al Señor mucho por los sacerdotes, por los que se preparan para el sacerdocio y por las vocaciones sacerdotales. Pedir mucho al Señor para que los sacerdotes seamos fieles a la gracia que hemos recibido  y nuestras vidas sean un verdadero ejemplo de santidad… que las vidas de los sacerdotes tengan el sabor de Dios… inviten a sentir a todos los fieles cristianos “el gusto” por las cosas divinas… que cuando alguien vea la vida ejemplar de un sacerdote sienta deseos de acercarse a Dios. El lavatorio de los pies que haremos dentro de un momento, haciendo presente entre nosotros el gesto de Jesús con sus discípulos, nos va a recordar cómo hemos de vivir la relación entre nosotros: una relación de amor, de servicio, de disponibilidad y de humildad.Jueves Santo 04 Jueves Santo 03 Jueves Santo 02 Jueves Santo 01